Los frigoríficos, televisores, aparatos de vídeo, ordenadores y tantos otros terminan en los vertederos de África y Asia contaminando el medio ambiente y a las personas. La normativa europea se endurece para evitar que los Estados miembro se salten su obligación de recogida y reciclado. Solo una tercera parte de los residuos electrónicos de la UE se declara oficialmente y por lo tanto recibe un tratamiento acorde con la normativa europea. La nueva directiva permitirá a los consumidores devolver los pequeños aparatos, como teléfonos móviles a las tiendas de electrónica, sin tener la obligación de comprar un nuevo producto. Además, los Estados miembro deben incrementar la cantidad de residuos que recogen, independientemente de que hayan alcanzado la meta general de 4 kilos por persona al año. En 2016, la mayoría de los países deberán recoger 45 toneladas de residuos eléctricos por cada 100 toneladas de aparatos que se hayan puesto en el mercado. En los veintisiete hay 10 países que d