El último viaje de la basura electrónica

Los monitores de los ordenadores antiguos cuentan con tubos de rayos catódicos para la visualización de imágenes, unos dispositivos que contienen plomo, una sustancia que es tóxica si no se trata adecuadamente. Y es precisamente en la adecuada gestión de residuos de aparatos electrónicos donde EEUU no está haciendo los deberes. La Oficina General de Auditoría de EEUU (GAO) acaba de publicar un informe en el que denuncia las malas prácticas de algunas empresas estadounidenses que optan por enviar a países como China e India los ordenadores, impresoras y teléfonos móviles que desechan, en vez de tratar sus componentes adecuadamente.

La exportación de desechos peligrosos está regulada por el Convenio de Basilea, en vigor desde 1992, que establece un sistema de control de las exportaciones e importaciones de residuos peligrosos, así como su eliminación. Sin embargo, EEUU todavía no ha ratificado este Convenio y sigue exportando electrónica contaminante a terceros países.

El peligro de enviar esta basura electrónica a China e India supone que EEUU se desentiende de que estos productos utilizados en su país se desmonten o reciclen sin dañar al medio ambiente. Así, la Oficina General de Auditoría ha dado un tirón de orejas a la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA) por no controlar los procesos. Para comprobar los métodos empleados por los vendedores estadounidenses de empresas de reciclaje de aparatos electrónicos, la GAO simuló varios casos de compradores desde Hong Kong, India, Paquistán, Singapur y Vietnam, entre otros países, y desveló que 43 vendedores de EEUU estaban dispuestos a exportar incumpliendo la normativa de productos peligrosos, sólo tres rechazaron exportar en condiciones ilegales y siete reclamaron más información al comprador ficticio.

Los ordenadores y móviles que llegan a China, y países del entorno, se emplean para extraer sus materias primas y aprovechar componentes, sin controles ambientales efectivos, y en otras ocasiones su viaje no termina allí, ya que se revenden a países del oeste de África para su reutilización.

EEUU cuenta con una normativa sobre exportación de tubos de rayos catódicos que entró en vigor en enero de 2007, cuyo cumplimiento deja mucho que desear, ya que desde entonces Hong Kong, por ejemplo, ha devuelto a EEUU 26 contenedores de navieras que transportaban monitores, porque violaban la ley de residuos de Hong Kong. La EPA puede llegar a imponer multas de 50.000 dólares (unos 34.600 euros) diarios por incumplimiento legal y hasta dos años de cárcel. Ahora, la GAO reclama que EEUU ratifique el Convenio de Basilea y que se identifiquen las vías de exportación de aparatos electrónicos.

 

Nota Original:

http://www.publico.es/ciencias/152781/residuos/electronicos

 

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