Chatarra electrónica
El proyecto se denomina “Conciencia tecnológica ambiental” e incluye cuatro objetivos, entre ellos, crear una normativa específica para el manejo adecuado de los residuos electrónicos.
Cada mes, Bolivia
genera alrededor de 1.100 toneladas de residuos electrónicos a escala nacional,
según estimaciones de la Fundación para el Reciclaje (Fundare). Sin embargo, en
el país no existe una normativa para el tratamiento de éstos, que son altamente
tóxicos para la salud.
Se denominan residuos
electrónicos (e-waste, en inglés) a los dispositivos de este tipo que ya no son
considerados útiles y que, por tanto, son desechados. Entre estos materiales se
encuentran las computadoras y sus periféricos (mouse, teclado y otros), las
impresoras, las fotocopiadoras, los celulares, los MP3, los iPods y otros.
La Alcaldía de La
Paz, a través de la Dirección de Desarrollo Organizacional y Tecnologías de
Información (DDOTI), gestiona un proyecto cuyo fin es contribuir al adecuado
manejo de los residuos electrónicos, optimizando el uso y aplicación de las
tecnologías de información y comunicación (TIC), a fin de reducir la brecha
digital existente en la ciudad.
Se trata del primer
proyecto piloto denominado “Conciencia tecnológica ambiental”.
De acuerdo con Luis
Sergio Valle, director de la citada oficina municipal e impulsor del proyecto,
en América Latina y el Caribe, la brecha tecnológica está disminuyendo, en
virtud de, entre otras cosas, el vertiginoso crecimiento en la fabricación de
productos electrónicos.
“El uso de internet
se incrementó en 371 por ciento entre 2000 y 2005; un total de 14,7 millones de
computadoras fueron vendidas en 2006 y se estima que esta cifra podría llegar a
17,7 millones en 2009. Hace tres años había 60 millones de computadoras y más
de 300 millones de celulares en dichas regiones”.
Pero a la par del
crecimiento de la industria electrónica, que cada año produce bienes de mejor
calidad, más rápidos y más baratos, también aumenta la cantidad de desperdicios
de esta naturaleza y que en el caso de Bolivia poco o nada se conoce acerca de
su manejo.
Según Valle, lo
anterior entraña un problema creciente, puesto que, por un lado, el e-waste no
puede ser tratado como basura convencional, dado su contenido de sustancias
tóxicas y, por otro lado, su importación y transporte a países en vías de
desarrollo es indiscriminado.
Añade que “este
crecimiento es atribuido a varios factores, como la corta vida de los equipos
electrónicos (de siete a diez años en el país), los precios cada vez más
accesibles y las constantes actualizaciones que promueven las industrias para
la compra de nuevos equipos”.
Efectos en la salud
El cromo, el cadmio y
el mercurio son algunas de varias sustancias tóxicas que intervienen en la
fabricación de ciertos dispositivos electrónicos y que al descomponerse son muy
tóxicas para el medio ambiente y la salud de las personas.
Luis Sergio Valle advierte
de que normalmente estas sustancias demoran en su descomposición y hasta pueden
ser resistentes al ser enterradas o incineradas. Además, existe la posibilidad
de que se transformen en otros elementos también nocivos (furanos y dioxinas).
Como explica Ximena
Ayo, de Swisscontact, la mayoría de ellos contiene químicos que son metales,
como el plomo, el arsénico y el trióxido de antimonio, que son retardantes de
fuego.
Los aparatos
electrónicos no hacen daño a la salud en sí mismos mientras están en un almacén
o en algún rincón del hogar —explica Ayo—, porque los químicos están dentro de
sus carcasas; sin embargo, cuando son echados a un basurero, donde pueden
romperse y mezclarse con otros desechos, esas sustancias tóxicas pueden
desprenderse y con su emisión provocar daños a la salud de las personas (ver
cuadro).
El proyecto
“Conciencia
tecnológica ambiental” será implementado desde mediados de septiembre y tiene
cuatro pilares:
El primero es sentar
las bases para que los paceños adquieran una cultura ambiental respecto del uso
y manejo de los residuos electrónicos. En este marco, promoverá el uso de las
TIC como herramientas fundamentales de desarrollo.
El segundo pilar es
la transferencia tecnológica. Se realizará una campaña de recolección de
equipos de computación, para su modernización e implementación en los
“infocentros” que se prevé habilitar en las Casas de la Juventud de los
macrodistritos de La Paz.
La Alcaldía paceña
dotará de servicio de internet a través de su Plataforma Tecnológica.
El tercer pilar
consiste en la capacitación de jóvenes —y de la ciudadanía en general— en el
desarrollo de nuevas destrezas sobre medio ambiente, uso básico de herramientas
tecnológicas, internet y correo electrónico, entre otros. Y, por último, el
cuarto pilar proyecta la elaboración de una normativa para el manejo de
residuos electrónicos y una reglamentación que permita al Gobierno Municipal de
La Paz mejorar sus niveles de conectividad, interoperabilidad y de gestión de
información.
Este proyecto piloto
demandará una inversión de 335.000 dólares, que serán desembolsados por la
Corporación Andina de Fomento (CAF). El convenio será firmado entre Emilio
Quillas, representante de la CAF-Bolivia, y Juan Del Granado, alcalde de La
Paz, este 14 de julio, como parte de los festejos por el Bicentenario de la
Revolución.
Acopio de equipos
De acuerdo con Ximena
Ayo, de Swisscontact, organización que se adhiere a “Conciencia tecnológica
ambiental” a través del proyecto “Ecovecindario”, impulsará el acopio de los
residuos electrónicos —de casas particulares y de empresas— para su reciclaje.
“Un grupo de personas
que tiene un emprendimiento privado (recién será conformado) las recuperará
(computadoras) y las volverá modernas, con un software más actualizado”.
Otros aparatos electrónicos
que sean verdaderamente obsoletos
—continúa— pasarán al
Instituto de Aplicaciones Tecnológicas de la Universidad Mayor de San Andrés
(UMSA), donde los alumnos recuperarán las materias “madre” del aparato (oro,
plata y otros elementos) para triturarlas y venderlas, y otra parte será
transferida a la Escuela Industrial Superior Pedro Domingo Murillo con fines
académicos. “Los alumnos van a utilizar algunos de los elementos para
aplicarlos en robótica”.
En caso de que estos
materiales no sean reciclables ni tóxicos, serán llevados al botadero municipal
de Alpacoma, donde se construirán celdas especiales de seguridad para su
recepción.
331 equipos en un
primer ensayo
El 5 de junio, Día
Mundial del Medio Ambiente, la Fundación para el Reciclaje (Fundare) impulsó un
proyecto piloto sobre recojo de residuos electrónicos, a través del cual se
acopió 331 unidades de chatarra electrónica, en la zona de Obrajes.
Según el director
ejecutivo de Fundare, Pablo Sauma, el material provino en mayor cantidad de
entidades públicas, como la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), y
empresas privadas, como Alexander Coffee; sin embargo, algunos vecinos del
lugar también entregaron algunos equipos electrónicos ya en desuso.
“Hubo computadoras,
pantallas, refrigeradores, radios, teléfonos, microondas, televisores, bombas
de agua y montón de teclados, mouses, balanzas electrónicas y algunas
calculadoras que tenían componentes electrónicos. De ellos, algunos no estaban
en mal estado, pero sí eran obsoletos, por eso fueron entregados como
residuos”, explica Sauma, quien añade que la mayor parte de dichos artefactos
estaban dañados.
Estos materiales
fueron enviados al Instituto de Aplicaciones Tecnológicas de la UMSA y a la
Escuela Industrial Superior Pedro Domingo Murillo, para los fines ya explicados
en esta nota.
“Ahora vamos a ver
cómo estos centros optimizan el uso del material y de acuerdo con los
resultados podremos establecer cada cuánto tiempo haremos la campaña”.
Apuntes
Residuos electrónicos
son un nuevo tipo de desechos que deben ser manejados de manera efectiva.
Estos materiales no
pueden ser tratados como basura común, pues son muy tóxicos.
Si son enterrados
bajo tierra, contaminarán a ésta y a los cultivos que se encuentren próximos.
Si son echados cerca
de un río, como el Choqueyapu, pueden contaminar también sus aguas.
Si son incinerados,
generan tóxicos que se emiten al medio ambiente, lo que contribuye al
calentamiento global.
Contienen metales
pesados, plástico PVC y otras sustancias tóxicas.
Fuente: http://www.laprensa.com.bo/
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