Diálogo Ecológico

Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés), los CDs y DVDs son generalmente fabricados mediante la combinación de varios metales minados (aluminio, oro, plata y níquel) con plásticos, lacas y tintes derivados del petróleo. Dado su complicada estructura —los CDs y DVDs son productos con capas delgadísimas de diversos materiales mezclados y casi imposibles de reciclar—, la mayoría de los programas de reciclaje municipal no los aceptan, dejando a los consumidores que se las arreglen solos en lo que respecta a su disposición. 

Como consecuencia, estos materiales difíciles de reciclar pueden contaminar el agua subterránea y, a su vez, contribuir a una lista larga de problemas de salud humana. Pero el bajo costo de producir artículos de consumo tan populares significa que su reemplazo por versiones más verdes no resulta muy probable en el futuro próximo.

La investigación ha demostrado que el Ácido Poliláctico (PLA, por su sigla en inglés), un substituto de plástico biodegradable derivado del maíz y de otros desechos agrícolas, podría substituir el policarbonato plástico como substrato principal de un disco, pero el actual alto costo de su uso hace poco probable que alcance gran popularidad en el futuro cercano con los que pagan para producir grandes volúmenes de CDs y DVDs.

En cuanto a los estuchecitos, la mayoría se hacen a base de cloruro de polivinilo (PVC, por su sigla en inglés), un plástico barato basado en sustancias petroquímicas, conocido por ser difícil de reciclar y que se ha ligado a altas tasas de cáncer entre trabajadores y vecinos en las localidades donde se fabrica. Además, cuando el PVC se bota con reciclables comunes puede contaminar lotes completos, arruinar equipos y causar problemas de salud humana. Aunque los estuchecitos de cartulina y de papel pueden estar muy de moda entre algunas etiquetas de discos —por ejemplo, la división estadounidense de Warner Music Group ha utilizado el 30 por ciento de papel posreciclado para el empaquetado de todos sus CDs y DVDs desde 2005—, el alto costo y la baja durabilidad de tales alternativas han impedido su adopción en masa.

Entonces, ¿qué puede hacer un consumidor con conciencia? Aquellas personas dispuestas a pagar un pequeño honorario de procesamiento, podrán enviar los CDs y DVDs viejos a un puñado de empresas privadas (tales como GreenDisk, con sede en Washington), equipadas para reciclarlos en plásticos de alta calidad, usados en piezas de automóvil, mobiliario de oficinas, paneles de alarma, luces de calle, aislamiento de cable eléctrico, estuchitos, y otros artículos especializados.

Un cambio ya en curso en las preferencias de los consumidores podría ser justo lo que convertirá las colecciones personales de música y de películas en asuntos “más verdes”. Los consumidores ya pueden descargar unas seis millones de canciones digitales individuales vía uno de casi 500 servicios legales de música en línea a través de la internet.

Según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, las ventas digitales ahora representan un 30 por ciento de todas las ventas de música en los Estados Unidos y un 15 por ciento del mercado global. Y la mayoría de los analistas del sector de consumidores espera que estos porcentajes crezcan constantemente en los años venideros, que es ciertamente una buena noticia para el medio ambiente.

Nota extraida de: http://www.thedailyjournal.com/apps/pbcs.dll/article?AID=/20080808/NC07/80807010

 


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