Electrodomésticos que reviven

Una lavadora vieja o un frigorífico estropeado tienen vida más allá de los vertederos. En Recilec lo saben muy bien, pues se dedican al reciclado de esas basuras electrónicas que, una vez tratadas, se devuelven al mercado con 1.000 formas y usos nuevos.

Los 25.000 metros cuadrados de la planta de Recilec en Aznalcóllar, España, dan, a primera vista, la impresión de estar llenos de chatarra, de todos esos electrodomésticos que el progreso y el uso convierte en desechos. Pero no es así. Los distintos componentes que inundan sus instalaciones no forman parte de un vertedero, sino de una mina de materiales que, tras el correspondiente proceso de tratamiento, adquieren nuevas formas y funciones.


Las diferentes áreas de gestión están dedicadas a los equipos frigoríficos y de aires acondicionados, que son la línea blanca, y al tratamiento de equipos informáticos y otros electrodomésticos (televisores y monitores), que son las líneas gris y marrón. “Los frigoríficos son los más aprovechables, además de ser de los más contaminantes, y se recicla casi el 98% de sus componentes”, comenta el gerente de la planta, Leonardo Díaz. “Salvo las lavadoras, que tienen una gran pieza de hormigón en su interior, la mayoría de estos aparatos se pueden tratar casi en su totalidad”, concreta. En general, más del 85% de las piezas son aprovechables, por lo que considera vital la toma de conciencia de la ciudadanía. “Con el tratamiento de todos esos componentes se deja de verter a la atmósfera gran cantidad de gases, como el clorofluorocarburo (CFC) que destruye la capa de ozono”, explica.

Entre los elementos que pueden encontrarse están el oro, la plata y el platino, con gran valor en el mercado. El proceso de tratamiento de los aparatos comienza con la extracción de los componentes peligrosos, “como los tóners o los cartuchos de tinta en el caso de las impresoras”, en palabras del responsable del departamento comercial, Enrique Gómez. Posteriormente, se extrae el polvo fosforoso de los tubos fluorescentes para separarlo del vidrio y de los componentes de los casquillos de aluminio.

Según las previsiones, Recilec, la primera empresa de este tipo en la comunidad autónoma, alcanzará este año las 10.000 toneladas de residuos tratados en Aznalcóllar y espera superar esta cantidad en 2009, hasta llegar a las 12.000, según sus cálculos.

 

Más información en www.rezagos.com

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