Greenpeace visito las instalaciones de Scrap y Rezagos y eleaboro este informe
El “boom” del consumo mundial de aparatos eléctricos y electrónicos ha creado una explosión en la generación de basura electrónica, la que contiene sustancias químicas tóxicas persistentes en el ambiente y metales pesados.
Cada año, cientos de miles de viejas
computadoras, televisores, baterías, teléfonos móviles etc., son arrojados a
basurales a cielo abierto, rellenos sanitarios, o son incinerados.
La velocidad a la cual esta montaña de
productos electrónicos obsoletos está creciendo generará una crisis de enormes
proporciones a menos que las corporaciones de la industria electrónica, que
obtienen ganancias por fabricar y vender estos aparatos, asuman su
responsabilidad. Es posible hacer productos limpios, durables, que sean
actualizables, reciclables y fáciles de manejar al final de su vida útil y que
no terminen como residuos peligrosos en basurales y rellenos contaminando el
ambiente.
Los RAEE son la porción de los residuos
sólidos urbanos que más rápido crece debido a que la gente renueva sus
teléfonos celulares, computadoras, televisores, equipos de audio e impresoras
con más frecuencia que nunca. Los teléfonos celulares y las computadoras están
ocasionando el mayor problema ya que son los que se actualizan con mayor frecuencia.
En Europa, por ejemplo, la basura electrónica se incrementa entre un 3 y un 5
por ciento anual, casi tres veces más rápido que el total de los residuos
domiciliarios comunes. En países en desarrollo se espera que la basura
electrónica se triplique en los próximos años.
¿Qué hay dentro de los Aparatos
Electrónicos y Eléctricos (AEE)?
Loa aparatos electrónicos son una
mezcla compleja de cientos de materiales, muchos contienen metales
pesados tales como el plomo, mercurio, cadmio y berilio y químicos peligrosos
tales como los retardantes de fuego bromados. El plástico PVC es un compuesto
también muy utilizado. Un teléfono celular contiene, por ejemplo,
entre 500 a 1.000 componentes diferentes.
PELIGROS PARA LA SALUD
Ver Greenpeace “High
Toxic Tech” |
¿Dónde terminan los RAEE?
Rellenos sanitarios: Los químicos tóxicos en los
aparatos electrónicos y eléctricos pueden filtrarse al suelo con el paso del
tiempo o ser liberados a la atmósfera, impactando en las comunidades vecinas y
en el ambiente.
Incineración: La incineración de aparatos
electrónicos y eléctricos libera metales pesados tales como plomo, cadmio y
mercurio a la atmósfera. El mercurio liberado a la atmósfera puede
bioacumularse en la cadena alimenticia, particularmente en peces- la principal
ruta de exposición para el público en general. Si los productos contienen PVC,
se liberan dioxinas cloradas y furanos. Los retardantes de fuego bromados
liberan dioxinas bromadas y furanos cuando se las incinera.
Exportación: Los RAEE son rutinariamente
exportados desde países industrializados hacia países en desarrollo, con
frecuencia violando el Convenio de Basilea.
La solución
Greenpeace considera que los
fabricantes de aparatos electrónicos y eléctricos, quienes se benefician por la
venta de sus productos, deben asumir su responsabilidad por sus productos hasta
el final de su vida útil. Para prevenir una crisis por el crecimiento de la
basura electrónica los fabricantes deben diseñar productos limpios con mayor
vida útil que sean seguros y fáciles de reciclar y que no expongan a los
trabajadores y al ambiente a químicos peligrosos.
Clean Up: Los fabricantes de productos
electrónicos deben suspender el uso de materiales peligrosos. Los fabricantes
sostenían que era imposible dejar de usar plomo en las soldaduras en sus
productos, pero cuando la directiva RoHS entró en vigencia los obligó a
utilizar alternativas superadoras. Algunos fabricantes aceptan ahora que es
posible dejar de usar todos los retardantes de fuego bromados y el plástico
PVC.
Take Back: Los contribuyentes no deben
cargar con los costos de reciclar los aparatos electrónicos. Los fabricantes
deben tomar la responsabilidad total por sus productos, esto significa hacerse
cargo de todo su ciclo de vida. Deben hacer productos limpios que puedan ser
reutilizados o reciclados de manera segura y establecer un sistema para
recuperar sus productos cuando finaliza su vida útil.
Responsabilidad Extendida del Productor
(REP) en países en desarrollo: Varios países desarrollados tienen ya leyes y marcos regulatorios
que adoptan el principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para
los RAEE. Greenpeace sostiene que para hacer frente a la crítica situación de
los RAEE a nivel global, se necesita urgentemente leyes que hagan responsables
a los fabricantes de los productos que colocan en el mercado, aún luego de que
éstos son descartados por sus clientes.
Los países en vías de desarrollo tienen
grandes cantidades de RAEE propios, con prácticamente nula infraestructura para
hacerse cargo de ellos. También suelen importar productos desechados por países
desarrollados para reutilizarlos o repararlos, donde terminan por desecharse
sin un tratamiento de reciclado formal y seguro.
¿Qué es la Responsabilidad Extendida
del Productor?
La responsabilidad extendida del
productor (REP) se lleva a cabo cuando los productores se hacen
responsables por los impactos ambientales de sus productos a lo largo de todo
el ciclo de vida de su producto –producción, uso y disposición final. La
mayoría de los programas de REP actualmente se enfocan en el final de la vida
útil del producto, su retiro, donde el productor se hace responsable física y/o
financieramente por la gestión de su producto una vez que el cliente lo ha
desechado.
La REP busca internalizar los costos de
la gestión de los residuos en el precio final del producto, poniendo en
práctica el principio de “el que contamina paga”. Los productores pueden
absorber el costo adicional o aumentar el precio del producto. En un mercado
competitivo, esto motivaría a los productores a diseñar bienes que sean más
amigables con el medio ambiente con el objetivo de reducir los costos de
tratamiento de los productos al final de la vida útil. De esta manera, se
produce un “feedback” (retroalimentación) desde “río abajo” (gestión al final
de la vida útil) hasta “río arriba” (diseño del producto) y así, mejorar el
diseño del producto minimizando el contenido de materiales peligrosos que
facilite su desmantelamiento y reciclado, resultando en una reducción del costo
en el manejo de los residuos. Establecer estos ciclos de retroalimentación
desde la gestión de los residuos al diseño es fundamental para un buen sistema
de REP y es claramente diferente a un mero servicio de retiro de productos del
mercado.
Un programa de REP realmente eficaz
debe ayudar a alcanzar dos objetivos ambientales principales:
1) Mejorar el diseño de los productos;
2) Maximizar la recolección de los productos desechados y asegurar la mejor
calidad de la reutilización y el reciclado de sus materiales a nivel local.
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