La generación mundial de residuos electrónicos alcanza un nuevo record con 53,6 millones de tn
La generación
mundial de residuos electrónicos alcanzó el
año pasado la cifra récord de 53,6 millones de toneladas (Mt), según The
Global E-Waste Monitor 2020, un informe
elaborado por la Global E-waste Statistics Partnership (GESP), que proporciona
una visión integral para abordar el desafío global de los residuos de aparatos
eléctricos y electrónicos (RAEE). Este dato refleja que la producción de basura
electrónica ha crecido un 21% en solo cinco años.
El nuevo informe también prevé que los residuos electrónicos alcanzarán
los 74 millones de toneladas para 2030 -casi el doble de la cifra de
2014-, impulsados por unas mayores tasas de consumo de dispositivos eléctricos
y electrónicos, junto con unos ciclos de vida más cortos de los aparatos y unas
opciones de reparación limitadas.
Según el informe, Asia generó el mayor volumen de chatarra
electrónica en 2019 (24,9 Mt), seguido de América (13,1 Mt) y Europa (12 Mt),
mientras que África y Oceanía generaron 2,9 Mt y 0,7 Mt respectivamente.
Otro dato negativo: en 2019, solo se documentó oficialmente que se
había recogido y reciclado el 17,4% de los desechos electrónicos. Esto
significa que el hierro, el cobre, el oro y otros materiales valiosos
recuperables, valorados de manera conservadora en 57.000 millones de dólares
(algo más de 50 millones de euros, suma superior al producto interior bruto de
la mayoría de los países) fueron en su gran mayoría vertidos o quemados en
lugar de ser recogidos para su tratamiento y reutilización.
El número de países que han adoptado una política, legislación o
reglamentación nacional sobre RAEE ha aumentado de 61 a 78 entre 2014 y 2019.
Sin embargo, el informe afirma que en muchas regiones los avances en materia de
reglamentación son lentos, la aplicación de la ley es escasa y la
recogida y la gestión adecuada de los residuos electrónicos es deficiente.
Los residuos electrónicos constituyen un peligro para la salud y el
medio ambiente si no se manejan adecuadamente, ya que contienen aditivos
tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio. El informe destaca que es
probable que los flujos de residuos electrónicos no documentados contengan
hasta 50 toneladas de mercurio, lo que supone un daño para la salud y el medio
ambiente si se libera.
El informe también pide a los responsables de la toma de decisiones que
adopten un marco metodológico reconocido internacionalmente para
medir y supervisar los residuos electrónicos, lo que ayudará a evaluar los
avances a lo largo del tiempo, y a establecer y evaluar objetivos.
The Global E-Waste Monitor es un esfuerzo de colaboración entre el
Programa de Ciclos Sostenibles (SCYCLE), actualmente co-patrocinado por la
Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y el Instituto de las Naciones Unidas
para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), la Unión Internacional
de Telecomunicaciones (UIT) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos
(ISWA).
Fuente: Residuos Profesional
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